En virtud de que todos somo seres humanos y cometemos errores, fallamos, continuamos, caemos y nos levantamos, pues igual pasa con los niños.
Cuando somo adultos a veces olvidamos ese camino por el que ya pasamos, la niñez, y sólo nos preocupamos porque el niño sea perfecto, porque se porte bien, porque entienda cuando le hablamos, y olvidamos lo compleja que es la etapa de ser niños. Los niños en ocaciones pueden comportarse mal o tener conductas desagradables, pero también muchas conductas buenas, o también son capaces de acceder al cambio, de dar otras repuestas mas favorables para ellos y nosotros, esa respuestas se deben reforzar para que se sienta mejor y de esta manera se repita la conducta.
No quiere decir que a cada rato se le va a estar dando al niño lo que el diga, ni lo más le guste, pero si hacerle saber que va bien, que está cambiando su comportamiento, que mamá està contenta por eso, hay muchas formas de reforzar la conducta de un niño, puede ser con una carita feliz, un abrazo, unas felicitaciones, son simplemente técnicas que permiten que el niño se preocupe o motive por hacer las cosas mejos ya que obtuvo un buen resultado.
Estos reforzadores pueden ser continuos e intermitentes.
Los continuos: se deben aplicar en todo momento.
Los intermitentes: pueden ser aplicados por intervalos fijos y variables, se refiere a medir el tiempo en el cual se produce la consecuencia y el reforzamiento; y el de razón consiste en ver las cantidades d eveces que se general esa conducta que debe ser reforzada, por ejemplo no se puede premiar al niño por limpiar el cuarto todos los dias, pero si se puede premiar por hacerlo sin que mamá le dijera nada.
sábado, 19 de junio de 2010
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